Tal vez ya habréis oído hablar del "efecto Mozart", expresión que se refiere al poder transformador de la música de Mozart y sus efectos en la salud, educación y bienestar, especialmente de los niños. Recientemente los especialistas hicieron nuevas investigaciones, he aquí los resultados:
"Efecto Paganini": el niño habla muy rápido y con palabras extravagantes, pero nunca dice nada importante.
"Efecto Bruckner" : el niño habla muy lento, se repite con frecuencia y adquiere reputación de profundidad.
"Efecto Wagner": el niño se torna megalómano. Es posible que termine casándose con su hermana.
"Efecto Beethoven": el niño padece de ataques de ira repentina, depresión y se hace el sordo cuando le hablan.
"Efecto Mahler": el niño grita sin parar a todo pulmón durante varias horas diciendo que se va a morir.
"Efecto Schoenberg": el niño nunca repite una palabra antes de usar todas las otras de su vocabulario. A veces habla al revés y con el tiempo la gente le deja de poner atención. El niño opina que esto se debe a la incapacidad de la gente de entenderlo.
"Efecto Boulez": el niño balbucea bobadas todo el tiempo. Después de un tiempo a la gente ya no le parece gracioso, sin embargo poco importa pues sus amiguitos creen que es un genio.
"Efecto Ives": el niño desarrolla una habilidad fenomenal para mantener varias conversaciones al mismo tiempo.
"Efecto Philipp Glass": el niño acostumbra decir lo mismo una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez... con mínimas diferencias que nadie nota.
"Efecto Stravinsky": el niño tiene una tendencia pronunciada a explosiones de temperamento salvaje, estridente y blasfemo que frecuentemente causan escándalos en el jardín infantil.
"Efecto Stockhausen": el niño aprecia en cada ataque terrorista una obra de arte.
"Efecto Brahms": el niño habla con una gramática y un vocabulario maravillosos siempre que sus frases contengan múltiplos de 3 (3, 6, 9 palabras, etc.)... Sin embargo, sus frases de 4 o 8 palabras resultan bobas y poco inspiradas.
"Efecto John Cage": el niño no habla nada durante 4 minutos y 33 segundos. Es el niño preferido de 9 de cada 10 profesores.
¿EFECTO ALONSO?